miércoles, 8 de marzo de 2017

Yo (no) Robot. (El problema de los Robots).

Desde hace años me ronda la cabeza una cuestión a la que Bill Gates le dio "solución" hace unos días. Esa cuestión es el tema de la mano de obra robot.

Antes de seguir, me gustaría aclarar el concepto de robot, ya que creo que hay mucha gente que tiene un concepto desacertado sobre ellos.
Ha de entenderse un robot no como un individuo, un ente o entidad capaz de realizar una tarea cualquiera de forma autónoma y sobre todo de forma independiente. Hay que sacarse de la cabeza el estereotipo de robot humanoide que se nos presentan en novelas como "Yo Robot" o películas como "Autómata" o "Terminator". Un robot es mucho más que eso. Es una maquinaria que generalmente es de propósito específico capaz de realizar una o varias tareas concretas de forma extremadamente precisa y eficiente. Puede tratarse de un ordenador que recomiende viajes, un coche que se desplace solo, un brazo que realice soldaduras en una fabrica de coches, etc.

Echando la vista atrás, desde los tiempos de la revolución industrial, la maquinaría ha ido desplazando el trabajo humano. Primero fueron las fabricas textiles y ahora son los taxis y vehículos de reparto. Este desplazamiento se debe a que las maquinas pueden realizar el mismo trabajo que una persona de forma más rápida y precisa. Este hecho está llevándonos a una situación inevitable en la que la gran mayoría de trabajos serán remplazados por robots.

Cuando imaginamos un futuro en el que vivir, a todos nos gusta pensar en una sociedad utópica en la cual no hay que trabajar ya que todo el trabajo lo realizan los robots. Y creo que este futuro poco a poco se acerca, pero no como nos gustaría.
Si en una empresa trabajan 100 personas de las cuales 90 son reemplazadas por robots, son 90 sueldos que se ahorra la empresa.
También se puede ver esto desde otra perspectiva:
Si en una empresa trabajan 100 personas de las cuales 90 son reemplazadas por robots, son 90 personas menos que dejan de recibir un salario.
Si juntamos esto, nos topamos en este ejemplo con una sociedad en la cual solo el 10% de las personas tienen acceso al dinero existente, lo cual hace que la sociedad utópica que comentaba antes, deja de ser utópica.

Para solucionar esta desigualdad, Bill Gates propone algo muy razonable. Que los robots paguen impuestos.

Pienso que no sería acertado decir que los robots paguen impuestos, ya que los robots no son personas y no pueden pagarlos, pero sí las empresas que los controlan. También es evidente que no pueden ser pagados de la misma manera en la que lo haría un trabajador, ya que un robot podría realizar la tarea de uno o más operarios. Según lo veo yo, tendría que tratarse de un impuesto tecnológico a la empresa, en el cual, el porcentaje de ese impuesto tendría que ir determinado por el volumen de trabajo realizado por robots.
Como se ve es una medida sencilla que asegura un mínimo reequilibrio social. Sin embargo es un equilibrio ficticio, ya que los impuestos irían a parar al estado, y eso significa que no necesariamente las personas ven ese dinero. Por ejemplo ¿Qué haría el estado si de pronto se encuentra con un presupuesto mayor para sanidad? Pues en el mejor de los casos, gastar más en sanidad. Pero ¿Y si necesito un coche, una tablet o unas vacaciones en Cancun? ¿Va a pagar el estado esos? Rotundamente no.

Como se ve, según este planteamiento, una sociedad "ideal" donde los trabajos estén 100% automatizados no resultaría para nada beneficiosa para las personas.

A modo de opinión, creo que este problema tiene muy mala solución dentro del mundo capitalista tal y como lo conocemos. No es posible tratar de repartir la riqueza entre la población sin que salgan sentimientos como "caridad" o "parasitismo". Algo que considero muy negativo.
No parece justo que cada vez más gente pierda su empleo, o mejor dicho, su acceso a un salario, cuando la industria siguen avanzando a la vez que reduce sus puestos de trabajo.

Esta entrada está un poco fuera de lo que esperaba para este blog, pero me parecía interesante ponerla como reflexión.